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¿Es lo mismo el sarampión y la rubeola?

Publicación: 8 Oct, 2024

Categorías: Salud

Los síntomas del sarampión y la rubeola son similares, por lo que muchas personas se preguntan si es la misma enfermedad. En el siguiente apartado te explicaremos la diferencia entre ellas.

Los niños son más susceptibles a sufrir enfermedades virales que los adultos. Muchas de estas patologías cursan con una sintomatología similar, por ello algunos padres se preguntan si es lo mismo el sarampión y la rubeola.

Antes de explicar las diferencias entre ambas, es importante destacar que los síntomas de las infecciones virales se presentan de la misma manera. En este sentido, los niños cursan con fiebre y erupciones cutáneas generalizadas. No obstante, ambas pueden afectar varios sistemas y generar complicaciones.

¿Qué es el sarampión?

El sarampión es una enfermedad viral contagiosa que afecta el tracto respiratorio del paciente. A pesar de existir una vacuna, el virus tiene una alta morbilidad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, en el año 2017 causó la muerte de 110 000 personas.

La patología puede afectar a cualquiera que no esté inmunizado, es decir, que no esté vacunado o que no la haya sufrido antes. No obstante, la población con mayor riesgo la constituyen las mujeres embarazadas y los niños pequeños.

Niño con sarampión.
La erupción cutánea es similar en la rubeola y en el sarampión, lo que se presta a confusión.

Lee también: Sarampión en el embarazo: síntomas y tratamiento

Síntomas del sarampión

La sintomatología inicial no es específica en esta enfermedad. La primera manifestación suele ser una fiebre continua de entre 39 y 40 °C, sin predominio horario, que aparecerá 10 a 14 días después de la infección. Además, el paciente también puede cursar con los siguientes síntomas:

  • Secreción nasal o rinorrea.
  • Tos.
  • Ojos rojos y llorosos.
  • Pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas, llamadas manchas de Koplik.

Entre 2 y 3 días después de presentarse los síntomas iniciales aparece una erupción cutánea de manchas puntiformes rojas. La misma inicia en la cara y en la parte superior del cuello, para luego extenderse al resto del cuerpo.

La fiebre suele desaparecer al cabo de 4 o 7 días. Posterior a ello, el exantema o erupción se desvanece rápidamente, pero la piel quedará de un tono cobrizo y se descamará. Sin embargo, lo más peligroso de la enfermedad son las complicaciones, entre las que podemos encontrar las siguientes:

  • Ceguera.
  • Encefalitis y edema cerebral.
  • Diarrea grave.
  • Infecciones de oídos.
  • Infecciones respiratorias graves.

Causas

El sarampión es causado por un virus del género Morbillivirus que se puede transmitir por contacto directo con una persona enferma o sus secreciones. Además, también es transmisible por aire a través de la tos o el estornudo.

Por otro lado, este microorganismo es capaz de sobrevivir hasta 2 horas sobre una superficie. Todo individuo que posea la enfermedad podrá contagiarla desde 4 días antes del exantema hasta 4 días después de la desaparición del mismo.

¿Existe tratamiento?

En la actualidad, no existe un tratamiento específico contra el sarampión, por ello el mismo está enfocado en reducir el impacto de los síntomas. Es decir, se deberá garantizar una buena nutrición y una adecuada reposición de líquidos para prevenir complicaciones.

En niños pequeños, se ha demostrado que un suplemento de vitamina A disminuye la morbimortalidad asociada a la infección. Además, se deben utilizar antibióticos en aquellos pacientes que presenten sobreinfección bacteriana con neumonía o infecciones de oídos.

¿Qué es la rubeola?

Otra de las infecciones virales comunes en los niños es la rubeola, que puede confundirse de forma fácil con el sarampión. No obstante, esta enfermedad es mucho menos peligrosa, ya que no acarrea tantas complicaciones.

La rubeola es producida por un virus que se multiplica en las vías respiratorias, por lo que se transmite a través del aire. La población en riesgo está conformada en mayor parte por niños pequeños, adultos jóvenes y mujeres embarazadas no vacunadas.

Síntomas de la rubeola

Esta enfermedad tiene un período de incubación entre 14 y 21 días. Una vez transcurrido ese tiempo, el paciente suele presentar fiebre continua menor a 39 °C, sin predominio horario. Además, también cursa con otros síntomas leves, como malestar general, nauseas, ojos rojos y llorosos.

Al transcurrir unos días, habrá una inflamación dolorosa de los ganglios linfáticos ubicados detrás de las orejas. Esta es una de las presentaciones clínicas características de la enfermedad.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 50 y 80 % de los pacientes presentarán una erupción cutánea similar a la del sarampión. La misma está conformada por manchas rojizas que inician en el rostro y el cuello, las cuales luego se extienden al resto del cuerpo.

La erupción también puede afectar el paladar del paciente, manifestándose como pigmentaciones rojas puntiformes llamadas manchas de Forchheimer. Los síntomas de la enfermedad suelen remitir en poco tiempo y no dejan secuelas. La fiebre desaparece entre 2 a 3 días después de la aparición del exantema.

Causas y agente viral

La rubeola es causada por un virus ARN perteneciente a la familia Matonaviridae. El mismo se aloja y se reproduce en el tracto respiratorio superior de la persona afectada. Por ello, podrá transmitirse a través de gotas microscópicas en el aire al hablar, toser o estornudar.

De esta manera, el simple contacto con una persona infectada conlleva un gran riesgo de contagio si no se está inmunizado. No obstante, los humanos son los únicos huéspedes conocidos, por lo que estar en contacto con animales no implica ningún problema.

¿Se puede tratar la rubeola?

Hoy en día no existe un tratamiento específico para la rubeola. El protocolo terapéutico consistirá en abordar los síntomas. De esta manera, se buscará disminuir la fiebre y evitar la deshidratación del paciente con una reposición de líquidos adecuada.

Inmunizaciones para enfermedades exantemáticas.
La inmunización frente a enfermedades exantemáticas es una vía de prevención adecuada y eficiente.

Diferencias entre el sarampión y la rubeola

Después de conocer ambas enfermedades por separado, podemos afirmar con total seguridad que el sarampión y la rubéola no son lo mismo. Esta última suele ser menos grave y mortal que la primera, generando así menor tasa de complicaciones.

Otra de las grandes diferencias entre ambas infecciones recae en su sintomatología. En este sentido, el sarampión genera fiebre elevada, la que puede llegar a superar los 40 °C, mientras que la fiebre por la rubeola rara vez alcanza los 39 °C.

Una de las características clínicas más evidentes de la rubeola es la inflamación dolorosa de los ganglios linfáticos retroauriculares. Por su parte, el sarampión carece de este síntoma, pero se evidencian secreciones nasales y tos en todos los pacientes.

Para finalizar, el tiempo de incubación de las infecciones también es diferente, siendo el del sarampión mucho más corto. No obstante, los síntomas tardan más en desaparecer que los de la rubeola y el tiempo en el que el paciente es contagioso será mayor.

Prevención de las enfermedades

A pesar de que el sarampión y la rubeola no son lo mismo, tienen la misma medida de prevención. En este sentido, la OMS cuenta con un cronograma de vacunación a nivel mundial que ha dado buenos resultados. Así se lograron disminuir, en gran medida, las muertes a causa de estas enfermedades.

Es de suma importancia vacunar a los pequeños de la casa; esto los mantendrá protegidos contra diversas infecciones virales. Además, estudios científicos han demostrado que las mismas no afectan el desarrollo cognitivo de los niños, lo que ha resultado en un mito contraproducente para la sociedad.

Tomado de Mejor con Salud

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