Las recientes declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump sobre la Franja de Gaza, Irán y Arabia Saudita indican que el republicano quiere volver a ser un actor central en Medio Oriente, dijo a Sputnik el internacionalista e investigador Zidane Zeraoui.
En el marco de la visita del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, a Estados Unidos, el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con restablecer la campaña de “máxima presión” contra Irán; aseveró que Arabia Saudita no está exigiendo un Estado palestino —algo que, horas más tarde, Riad refutó— y, finalmente, aseguró que Washington se apoderará de la Franja de Gaza.
El mandatario republicano sentenció el 4 de febrero que Teherán no puede tener armas nucleares y dijo que estudiará la posibilidad de llegar a algún tipo de acuerdo con la nación persa para ver “si todos podemos vivir juntos”.
Sin embargo, el canciller iraní, Abbas Araghchi, declaró la semana pasada que Washington no envió ningún mensaje claro a Teherán sobre la reanudación de las negociaciones en torno al Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC) —firmado en 2015 por Irán y Rusia, EEUU, Reino Unido, China, Francia y Alemania, que fungieron como mediadores—, el cual limita el programa nuclear iraní a cambio del levantamiento de las sanciones internacionales que pesaban contra el país del golfo Pérsico.
Araghchi también mencionó que no descarta nuevas negociaciones con Estados Unidos y dijo que estaba dispuesto a escuchar las propuestas del jefe del Ejecutivo estadounidense.
Más adelante, el político republicano aseveró que Arabia Saudita no ha hecho ninguna demanda sobre el reconocimiento de un Estado palestino. El reino descartó la opción de establecer relaciones diplomáticas con el país hebreo sin la creación del mismo con Jerusalén Este como su capital.
Ya por la tarde, en conferencia conjunta con el premier israelí desde la Casa Blanca —y un par de horas después de asegurar que los palestinos no tienen más opción que abandonar sus hogares y ser expulsados hacia países vecinos—, Trump declaró que Estados Unidos se adueñará de la Franja de Gaza para convertirla en la nueva “Riviera de Oriente Medio”.
“Totalmente fuera de lugar”
Para el investigador e internacionalista mexicano de origen argelino, Zidane Zeraoui el Awad, no se puede perder de vista que Trump es “muy dado a estas declaraciones muy intempestivas”. Sin embargo, subrayó que, “realmente, para llevarlas a cabo, es muy complicado”.
“Lo de la Franja de Gaza, definitivamente esta declaración de Trump está totalmente fuera de lugar”, dijo Zeraoui y explicó que, en primer lugar, expulsar a 2,2 millones de palestinos del enclave no es una tarea sencilla, toda vez que son necesarios por lo menos 100.000 soldados para esta labor.
Asimismo, señaló que se requieren países que estén dispuestos a recibir al pueblo palestino, algo que ni Jordania ni Egipto aceptarán.
“Yo diría que esta declaración, este proyecto de Trump, es una locura. Es una locura que nunca se va a llevar a cabo por muchas razones: hay una condena unánime a nivel mundial (…), todos los países están condenando este proyecto entre comillas, porque ni siquiera es un proyecto, es una declaración”, observó el analista en entrevista con Sputnik.
Agregó que el presidente Trump fue muy claro al asegurar que no invertirá ni un dólar en dicho proyecto, lo que quiere decir que si el país norteamericano no va a meter dinero, “¿qué otro país está dispuesto a poder construir esta famosa Riviera sabiendo los riesgos políticos, sociales, religiosos que hay en el Medio Oriente?”.
“Un actor central”
Zeraoui consideró que las declaraciones de Trump sugieren que “quiere volver a ser un actor central en el Medio Oriente”, toda vez que, en el último año, los países que tuvieron un papel preponderante en la región fueron Israel, Irán y Turquía y, en menor medida, Arabia Saudita.
“Inclusive China tuvo un papel más importante. El acuerdo que se firmó entre Irán y Arabia Saudita [se consiguió] por la intermediación de China”, recordó el académico y profesor, que se ha especializado en los estudios de la región.
Remarcó que aunque luego de la caída de la Unión Soviética el país norteamericano “fue el actor casi único” en la región —especialmente a raíz de la denominada “guerra contra el terrorismo” emprendida por el expresidente George Bush luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001—, Washington dejó de ocupar el papel principal en Medio Oriente en años recientes y “ha empezado a perder importancia”.
“Claro, [Washington] sigue siendo el gran proveedor de Israel. De hecho, [la Administración de Joe] Biden entregó más de 20.000 millones de dólares a Israel en el poco más de un año que duró [la campaña militar israelí en Gaza], cuando en 75 años Estados Unidos había apoyado a Israel con 250.000 millones de dólares”, agregó.
Turquía gana peso en la región
El especialista señaló, sin embargo, que es necesario atender a la reconfiguración del tablero regional. Destaca por ejemplo el caso de Irán, que hasta hace dos meses era el principal obstáculo de Israel con su eje de la resistencia, conformado por un colectivo de actores políticos de orientación islamista que operan en el continente, desde Hamás en la Franja de Gaza, hasta Hizbulá en el Líbano y los hutíes en Yemen.
“Esto le daba a Irán un papel hegemónico en la zona, que asustaba mucho a los países del Medio Oriente y eso también tiene algo que ver con el acercamiento de Catar, de los Emiratos Árabes, de Sudán, a Israel. El reconocimiento de Israel, los famosos Acuerdos de Abraham, tienen que ver mucho más con una protección frente a Irán”, razonó el académico.
No obstante, reconoció que en los últimos dos meses se derrumbó ese eje “e Irán se ha visto aislado prácticamente”, al tiempo que Turquía continúa fortaleciendo su hegemonía, desplazando a Teherán.
“Esto lo vemos en dos regiones muy, muy claras: uno, en el Cáucaso, pues Turquía apoyó a Azerbaiyán para recuperar el Nagorno Karabaj a finales del 2023”, relató Zeraoui.
“Irán apoyaba a Armenia. Turquía apoyaba o apoya a Azerbaiyán. Y Azerbaiyán [tuvo una] victoria contundente frente a Armenia. Es decir, una victoria de Turquía frente a una derrota de Irán”, añadió.
Por otro lado, el profesor Zeraoui se refirió a Siria, en donde el movimiento Jabhat Al Nusra [Hayat Tahir al Sham, prohibido en Rusia], —que fue armado, entrenado y disciplinado por las Fuerzas Armadas turcas— se apoderó en cuestión de días del control del país, tras derrocar al expresidente sirio Bashar Asad en diciembre del año pasado.
Dicho en otras palabras, “el Gobierno actual de Siria es un gobierno muy vinculado con Turquía”.
“Esto nos da un nuevo panorama. Ya este eje iraní se rompió. Irán perdió a Siria. Irán ya no tiene la capacidad de apoyar logísticamente a Hizbulá, como lo había hecho tradicionalmente a través de Irak y Siria y esto, claro, está prácticamente desmembrando a toda esta red que había generado Irán”, ponderó el internacionalista.
Pese a todo, Zeraoui razonó que el mandatario estadounidense “está reconociendo que fue un gran error haber cancelado el acuerdo del 2015 [PAIC] y su posición actual es regresar”.
En ese sentido, el académico consideró que, a la luz de esta reconfiguración de fuerzas en el Medio Oriente, en la que Irán está perdiendo peso y hegemonía frente a Turquía, “en caso de que Estados Unidos ofrezca un trato más conciliatorio, un acuerdo favorable, Irán lo podría aceptar”.
“Pero aquí tendríamos que ver hasta dónde Estados Unidos está dispuesto a ceder y a negociar con Irán y hasta dónde Irán está dispuesto”, puntualizó.
En cuanto a la normalización de las relaciones entre Riad y Tel Aviv, Zeraoui aseguró que estas, definitivamente, no se van a dar, pues el príncipe heredero, Hohamed Bin Salmán, ha sido firme al respecto.
“[Bin Salmán] lo ha reiterado no solamente en la declaración que hizo el día de ayer, sino en el Shura, que la Asamblea Consultiva de Arabia Saudita. O sea, no va a haber un reconocimiento de Israel por parte de Arabia Saudita hasta que se cambie la posición de Estados Unidos frente a la cuestión palestina y hasta que Israel acepte esa idea de dos Estados”, aseveró Zeraoui.
En conclusión, el profesor aseveró que “está claro que todas estas declaraciones [de Trump], aunque pueden parecer muy fuertes, asustar”, son totalmente inviables.
Tomado de Sputnik
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