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¿Cómo influye la exposición temprana a dispositivos digitales en el desarrollo de los niños?

Publicación: 1 Dic, 2024

Categorías: Salud

A medida que la exposición temprana a los dispositivos digitales se hace cada vez más común, especialmente para la gestión de las rabietas de los menores por parte de los padres, los expertos explican cómo esta práctica podría obstaculizar el desarrollo emocional de los niños.

En los últimos años, los niños nacidos en el marco de la revolución digital han estado rodeados de pantallas, y a veces, incluso, expuestos a ellas desde muy pequeños.

Una de las formas en que esto se manifiesta es a través de la creciente tendencia de los padres a utilizar los dispositivos digitales como herramienta para gestionar las emociones de sus hijos, especialmente las negativas.

Aunque este método podría resultar eficaz a corto plazo, las investigaciones que se están llevando a cabo sugieren que podría obstaculizar de forma significativa el desarrollo emocional de los niños, provocando problemas de comportamiento y emocionales a largo plazo.

“El control de las emociones, o regulación emocional, mejora con la edad y a través de las interacciones sociales con los demás. Los dispositivos de pantalla táctil limitan las oportunidades para los tipos de interacciones necesarias para desarrollar la regulación emocional“, señaló a ‘Euronews Health’ el doctor Michael Nagel, profesor asociado de Desarrollo Infantil y Adolescente en la Universidad de Sunshine Coast.

Recientemente, un equipo de investigadores de Hungría y Canadá ha estudiado cómo el uso de dispositivos digitales como herramienta para frenar las rabietas de los niños, o como “chupetes digitales”, podría afectar al desarrollo emocional de los niños. Los resultados se publicaron en la revista ‘Frontiers in Child and Adolescent Psychiatry’.

El estudio reveló que los niños que tenían acceso a dispositivos digitales con frecuencia durante las rabietas, mostraban peores habilidades para controlar la ira y más problemas de regulación emocional a medida que crecían.

“Aquí demostramos que si los padres ofrecen regularmente un dispositivo digital a sus hijos para calmarlos o para poner fin a una rabieta, el niño no aprenderá a regular sus emociones“, indicó en un comunicado Veronika Konok, doctora que ha tomado parte en el estudio.

El impacto negativo de la exposición temprana y regular a las pantallas no se limita a su uso para regular las rabietas. El acceso precoz a los dispositivos digitales en general, ha supuesto un motivo de preocupación creciente entre médicos e investigadores de este campo.

El doctor Daniel Ganjian, pediatra colegiado del ‘Providence Saint John’s Health Center’, de Estados Unidos, afirma que el tiempo excesivo frente a las pantallas puede reducir la capacidad de regulación emocional de los niños, que no desarrollan mecanismos de afrontamiento saludables debido a las distracciones que provocan los dispositivos digitales.

“Pasar demasiado tiempo en línea puede limitar las oportunidades de interacción cara a cara y el desarrollo social, lo que puede conducir a la soledad y la ansiedad social”, explicó a ‘Euronews Health’.

Además, en un libro del que es coautor, Nagel señala que existe una conexión cada vez mayor entre la exposición temprana intensiva a la pantalla, que se refiere al uso de dispositivos digitales durante más de cuatro horas al día, y la manifestación de “comportamientos similares al autismo” en los niños.

Así, el doctor explica que “los niños que pasan más tiempo en mundos virtuales que reales corren el riesgo de desarrollar deficientemente competencias sociales y emocionales, como la regulación emocional, que pueden imitar comportamientos similares a los relacionados con el autismo“.

Otras investigaciones corroboran estas conclusiones, ya que los investigadores observan cada vez más síntomas del denominado trastorno del espectro autista, TEA, en niños pequeños muy expuestos a las pantallas.

Sin embargo, los síntomas que presentaban, como hiperactividad y falta de expresiones faciales típicas, además de otras características del TEA, no eran permanentes.

Se observó que estos síntomas desaparecían o disminuían significativamente después de que se eliminara la exposición a las pantallas y de que los niños participasen en más interacciones cara a cara con sus padres.

Cómo limitar los efectos nocivos del tiempo frente a la pantalla en los niños

Aunque ha sido difícil especificar cuánto tiempo es demasiado cuando se trata del uso de dispositivos digitales, hay algunas señales generales de advertencia a las que los padres y cuidadores podrían estar atentos.

Nagel cita problemas de comportamiento, dificultades para mantener el contacto visual, retrasos en el desarrollo del lenguaje, problemas para dormir, aumento de la impulsividad y dificultades en las interacciones sociales como algunas de estas señales.

“No podemos decir realmente cuánto tiempo ante las pantallas es demasiado tiempo, pero lo que sí podemos decir es que los niños necesitan pasar más momentos con personas reales en tiempo real que en pantallas”, afirma Nagel.

Ante el creciente número de estudios que relacionan los dispositivos digitales con el deterioro del desarrollo emocional de los niños, hay algunas medidas que podrían seguirse para limitar estos efectos.

Ganjian sugiere que los padres establezcan límites claros al tiempo frente a las pantallas, designen zonas y horarios libres de dispositivos digitales y fomenten más la actividad física, el juego creativo y la interacción social.

Además, añadió que dar ejemplo a los niños también es importante, y se anima a los padres a ser conscientes del propio uso de dispositivos digitales cerca de sus hijos, y también, a trabajar junto con ellos para desarrollar hábitos saludables.

“Según la mayoría de las medidas, y cada vez más evidencias, los niños de 0 a 2 años no deberían estar frente a pantallas. De los 2 a los 5 años, no más de una hora al día junto con sus padres o hermanos, y de 5 a 17 años, en general, no más de dos horas al día. Excepto, quizá, para realizar tareas relacionadas con el colegio”, recomienda Nagel.

El doctor añade que para prevenir el desarrollo de trastornos mentales como la ansiedad, la depresión e incluso las autolesiones, el acceso a las redes sociales debe restringirse antes de los 16 años.

“Los niños y adolescentes necesitan amigos de verdad en tiempo real, no cientos de ‘amigos’ en el ciberespacio. Además, necesitan estar presentes en el mundo real en lugar de estar eternamente en otro lugar en un mundo virtual”, sostiene Nagel.

Tomado de Euronews

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